Es la formación académica formal y la informal que posibilita el progreso continuo y permanente en el manejo personal y social en los distintos aspectos conceptuales, metodológicos y técnicos de las acciones comunitarias, rompiendo ataduras y creciendo hacia la plenitud de su desarrollo integral. La educación es la acción que conduce a cada persona a hacerse capaz de solucionar sus necesidades diversas, actualizando su cultura o experiencia acumulada, que va diversificándose según la comunidad y el tiempo, avanzando en humanización de los actos y descartando los antivalores para dar libertad y sustentabilidad a la vida digna. Esta educación enseña a pensar y no da pensamientos preestablecidos que favorezcan solo a los dominantes de la sociedad. Enseña a pescar y no a regalar pescados. La educación liberadora persigue la construcción de un tipo de persona que desarrolle la libertad interpersonal e intercomunitaria que eviten los antivalores. Es distinta a la educación opresora, que domestica, discrimina, excluye y explota a los más desposeídos a favor de los que ostentan de la opulencia de diversos bienes, hasta de lo superfluo para vivir como miembro de un espacio comunitario.
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